Cinco Len y un dulcito!

Diseño de afiche: Abner Recinos.

Recorriendo los pueblos de Solola, durante los meses de septiembre y agosto del año 1999, presentando en las plazas y salones comunales de varios pueblos alrededor del lago Atitlán una obra de teatro que hablaba sobre los derechos de los niños y las niñas, Recibí de los pobladores de toda el area, mucha alegría, abrazos, pulique, tamalitos y de todo un poquito.

Una niña en San Jorge la Laguna se me acerco al terminar la función casi sin voz porque fue en un campo de fútbol y con más de quinientos espectadores. Ella que vestía el traje del lugar, una sonrisa infantil llena de alegría por lo que había visto, se acerco y me dijo...

- toma payasito, para que no te duela la garganta...

Ella me regalo un dulce de miel, que no era de ninguna gran fabrica... era artesanal...

UF! descanso y a continuar con otras comunidades...

En pick up, camión, camioneta, caballo, bicicleta, moto y a pie recorrimos casí once comunidades, llegamos a lugares en donde nunca había llegado "algo por el estilo" decían los alcaldes...

Fue en San Antonio en donde presentandome en una medio construida plaza en donde nos presentamos, la función la misma, los habitantes del pueblo que visitabamos nos abrazaban y se llenaban de sonrisas cuando miraban la puesta en escena de una obra callejera, en donde yo hacía el papel del malo y luego de un bueno!

El Malo, que reflexiona sobre sus acciones cambia de ser, el se llamaba "Don Bigote"... terminando la función, un niño con ese traje reflejo de Atitlán, se me acerco y dijo:

-tomá Don Bigote, para tu camioneta... al abrir mi mano ví que eran cinco len...

Ese niño me dío en esos cinco centavos todo!!!!

la niña en su dulcito de miel, me lleno de emoción y dulzura...

Las sonrisas y abrazos de los niños y las niñas del lugar me cambiaron la vida, los cinco len y el dulcito de miel, los guardo todavía así como todo lo que ví en esos pueblos, lo que aprendí y lo que viví...